El “Cine de
Ramallo” estaba ubicado en la céntrica esquina formada por las calles Eva Perón
y Gomendio, en la ciudad de Ramallo, cabecera del partido homónimo, en la
provincia de Buenos Aires.
Al irse alejando
el público de las funciones cinematográficas, ante la llegada de los videos
clubs, el cine dejó de ser rentable, por lo que sus últimos propietarios, Emir Nicolás
y Samuel Marcelo Haines, decidieron cerrarlo y donarlo a la “Municipalidad de Ramallo”,
que a su vez no pudo efectuar la transferencia de la propiedad, debido a las
deudas contraídas por la familia Haines, siendo finalmente expropiado por la ley
14.041.
Así como el cine
fue abandonado, lamentablemente también lo fue el hermoso mural de Carlos
Gardel.