El "Carlos Gardel de Fuego”, fue una estructura metálica de 17 metros de altura rellena de algodón, reproduciendo la imagen del máximo cantor, que fue prendida fuego en 1981, en la “IV Bienal de Medellín”.
Su autora fue la artista plástica Marta Minujín, nacida en el barrio de San Telmo en Buenos Aires el 30 de enero de 1943.
Para comprender el simbolismo de por qué una artista crea una escultura de Gardel, para luego destruirla por el fuego, en la misma ciudad donde murió abrasado por las llamas, es necesario conocer la personalidad y el arte de su creadora, lo cual puede leerse en su sitio Web http://www.martaminujin.com de donde extraigo algunos fragmentos.
Decidida a internarse en las artes plásticas, Marta Minujin comienza a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes. A pesar de obtener excelentes calificaciones en dibujo, pintura y escultura, Marta no se siente conforme con lo que hace. Está interesada en ser una artista de vanguardia y lo que realiza no le parece acorde a esa tendencia, por lo que decide abandonar sus estudios.
Un día, mientras pintaba un cuadro para el que necesitaba mucha carga matérica, decide pegar sobre la tela una parte del colchón de su cama. En ese momento descubre una veta que le parece original y decide explorarla.
En 1961 gana una beca y se va a estudiar a Paris. Al año siguiente comienza sus estructuras habitables cubiertas de colchones. Paralelamente, se adscribe a las teorías de la "muerte del arte", evitando el mercado y los museos, realizando obras efímeras y destruyendo su obra plástica anterior.
Dentro de este pensamiento se inserta La Destrucción, su primer happening realizado en 1963. Para esta obra, Minujin reúne todas sus piezas elaboradas con colchones, e invita a un grupo de artistas a "destruirlas" creando una obra propia sobre ellas. Posteriormente, un verdugo las destroza con un hacha y Minujin las quema, mientras libera 500 pájaros y 100 conejos entre los participantes. La artista desarrolla esta vía del happening, basada en acciones simultáneas y en situaciones "fuera de control", con gran participación y apuesta a la creatividad del público, en otros eventos similares realizados poco después, como Suceso Plástico (1965), un aquelarre de motociclistas, musculosos, mujeres gordas, parejas de novios atados, pollos, lechuga y harina que tuvo lugar en el Estadio de Peñarol de Montevideo (obra por la cual Marta Minujin no pudo volver a ingresar a Uruguay por varios años) y Happening, del mismo año, ejecutada en el programa "La Campana de Cristal" que se emitía por el Canal 7 de televisión.
Pero Marta Minujin se hace famosa cuando al año siguiente compone, junto a Rubén Santantonín, “La Menesunda”, una ambientación transitable que propone al espectador experimentar una variedad de sensaciones a lo largo de un recorrido de 16 zonas. La obra congrega a una innumerable cantidad de visitantes y a toda la prensa, que reparte sus comentarios entre tímidos elogios y contundentes condenas a su autora. Pocos meses después realiza El Batacazo (1965), otra ambientación transitable de menores dimensiones, que repite al año siguiente en los Estados Unidos.
En 1966 gana la Beca Guggenheim y se traslada a New York; allí entra en contacto con la vanguardia norteamericana. Su obra se vuelca hacia los medios de comunicación y su implicancia en la modificación del entorno sensorial de los individuos, inspirada en las teorías de Marshall McLuhan. En esta línea realiza Simultaneidad en Simultaneidad (1966), ambientación creada para el Three Countries Happening, en la que hecha mano de todos los medios a su disposición para crear una invasión mediática instantánea; Circuit (1967), obra similar realizada en Canadá; Minuphone (1967), una cabina de teléfono que reacciona a los números discados, exhibida en la Howard Wise Gallery de New York, y Minucode (1968), ambientación fílmica expuesta en esta última ciudad. Este mismo año, forma parte del cuerpo de profesores en el área de "nuevos medios" de la New York University, junto a Robert Rauschenberg, La Monte Young y Steve Paxton, entre otros.
Durante los próximos diez años, Marta divide su vida entre los Estados Unidos y Buenos Aires. En nuestra ciudad realiza un conjunto de eventos y ambientaciones. En New York comienza una serie de happenings que involucran a los espectadores en situaciones inesperadas, hasta llegar a obras basadas en "secuestros" de integrantes del público: Interppening (1972) y Kidnappening (1973), realizadas en los jardines del Museum of Modern Art; Nicappening (1972), una irrupción en la Parke Bernet Gallery, e Imago Flowing (1974), ejecutada en el Central Park.
De regreso en Buenos Aires expone algunas obras en el CAYC: La Academia del Fracaso (1975) y Comunicando con Tierra (1976) son sus realizaciones más destacadas de este período. Poco después, inicia lo que denomina "arte agrícola de acción", obras de carácter ecológico en las que combina el arte con la naturaleza: Repollos (1977), en el Museo de Arte Contemporáneo de San Pablo, Toronjas (1977), en el Museo de Ciencias y Artes de la Universidad de México y Oranges (1979), en el CAYC.
Por esa misma época, comienza sus monumentales obras consumibles, que se inauguran con El Obelisco de Pan Dulce (1978), continúan con La Torre de James Joyce en Pan (1980) -realizada en Irlanda- y se prolongan en una progresión de figuras simbólicas recubiertas con diferentes alimentos. Paralelamente, Minujin desarrolla una serie de "deconstrucciones de mitos" en obras como El Nido de Hornero Gigante (1976) -una parte de Comunicando con Tierra- El Obelisco Acostado (1978), presentada en la ciudad de San Pablo, el mencionado Obelisco de Pan Dulce y Carlos Gardel de Fuego (1981), realizada para la Bienal de Medellín.
Estas obras que conjugan la historia, sus símbolos y uno de los principales valuartes de la sociedad contemporánea -el consumo- desembocan en un grandioso Partenón de Libros (1983), una réplica del Partenón de Atenas recubierta con libros prohibidos durante la dictadura militar, realizada en homenaje a la cultura y a la democracia.
Tras largos años de obras efímeras y de rechazar a las instituciones artísticas, Marta Minujin regresa a la escultura, siguiendo la tendencia a la recuperación de las artes tradicionales que se produce durante la década del '80. Sus obras son estudios sobre el arte clásico desde una mirada contemporánea, que inserta a la tradición en la problemática de la postmodernidad.
No obstante, continúa con sus eventos, ambientaciones y performances. En 1985, Marta Minujin paga la deuda externa argentina al artista norteamericano Andy Warhol con mazorcas de maíz, el "oro americano", en una acción simbólica realizada en New York. Para los festejos del Quinto Centenario, intenta saldar el descubrimiento de América pagándole a la Reina Sofía con la misma moneda, pero razones protocolares le impiden hacerlo. Cuatro años más tarde, intenta resolver el conflicto de Malvinas, pagando con mazorcas a una doble de Margaret Thatcher.
El Arte Efímero es una expresión plástica de carácter breve y fugaz. Arte para las masas que es de corta duración. Arte fungible que desaparece o se consume delante del espectador; Esta forma de arte se convierte en una manera de incorporar el mito, y la obra, al individuo, pasando de pasivo observador a ser activo participante, consumidor, como elemento conceptual de incorporar no solamente el arte, sino toda su carga simbólica y cultural. Marta Minujín ha hecho del Arte Efímero una marca registrada que recorre toda su carrera.
Aparte de su propia descripción realizada en su página, existen otros artículos relativos a su “Gardel de Fuego”, como ser:
Dice en Página 12: "En la IV Bienal de Medellín de 1981 armé un Gardel de 17 metros relleno de algodón y lo quemé. En Colombia gané muchísima plata. Había dinero negro. Me pagaron cien mil dólares por las esculturas. Y me compré una casa que antes era de mi abuelo y queda en Humberto Primo y Sarandí".
El 9 de octubre de 2008, en la Vancouver Art Gallery, Marta Minujín expondrá Soft Gallery, con 200 colchones dentro de los cuales se proyectarán los videos de El Partenón de los libros, Carlos Gardel de Fuego y Torre de pan lactal de James Joyce. Junto con este material, habrá dos creaciones audiovisuales más: Soft Gallery e Ice Cello.
En resumen, a cada uno le podrá o no gustar la obra de la artista, e igualmente sucede al revivir la muerte física de Gardel en Medellín. Particularmente me parece aberrante este trabajo, pero en este blog no se pretende juzgar estos conceptos, sino solamente recordar un monumento más dedicado al más grande, Don Carlos Gardel.
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