viernes, 31 de octubre de 2014

En Belveder - Montevideo - Uruguay



Belveder o Belvedere es uno de los 62 barrios de la ciudad de Montevideo, en la República Oriental del Uruguay.



En la calle Ameghino, casi esquina Laureles, a unos pocos metros de la avenida Carlos María Ramírez, la principal del barrio, es donde se encuentra un mural con la imagen de Carlos Gardel.

Pintado en la puerta de un garaje o depósito, “El Mago” emerge de una victrola para seguir maravillándonos con su inmortal voz, junto al perrito de la “Victor”.

La foto del mural fue subida el 27 de abril de 2014 a https://www.flickr.com/, por Juan Pablo Flores Iborra, con el título “Identidad Nacional”, precisando su ubicación geográfica.




También en su face publicó la misma foto (1), pudiendo verse de paso otra imagen de Carlos Gardel (2), ubicada en la peatonal Sarandí, en pleno centro de Montevideo, realizada con la técnica del esténcil.



Volviendo al mural de Belveder, quien lo comparte con Carlos Gardel es Obdulio Varela, el recordado capitán de la selección uruguaya de fútbol, campeona mundial de 1950 en Brasil.


Obdulio Jacinto Muiños Varela, tal su nombre completo, nació el 20 de septiembre de 1917 en el barrio La Teja de la ciudad de Montevideo, donde falleciera el 2 de agosto de 1996, a los 78 años de edad.


Apodado “El negro jefe”, se desempeñó como mediocampista, en la función del clásico centrojás de la época, con el número 5 en su camiseta. 

La cuarta copa mundial de fútbol, se disputó entre el 24 de junio y el 16 de julio de 1950, teniendo como sede a Brasil, con la participación de 13 de los 16 equipos clasificados, distribuidos en cuatro grupos, con los siguientes resultados, estadios y tablas de posiciones.


Brasil, España, Suecia y Uruguay, ganadores de sus respectivas zonas, clasificaron para el cuadrangular final, enfrentándose todos contra todos, con los siguientes resultados, estadios y tabla de posiciones, consagrándose Uruguay campeón del mundo.


Más allá de la frialdad de las estadísticas, cabe recordar cómo se llegó al partido decisivo. Brasil venía goleando a sus rivales con 13 goles a favor y 2 en contra, mientras Uruguay sólo había logrado un agónico empate sobre la hora con España, y revirtiendo un 1-2 contra Suecia, cuando ambos partidos parecían ya perdidos.

El 16 de julio se esperaba la consagración del dueño de casa. Desde la mañana estaba copada la capacidad del Maracaná estimada en 200.000 personas, se preparaban las primeras planas de los diarios con titulares festejando el título mundial, camisetas y monedas alusivas. A la banda de músicos no les fue entregada la partitura del Himno Nacional de Uruguay, y hasta Jules Rimet, presidente de la FIFA, llevaba un discurso en portugués.


Unas horas antes del partido, los jugadores uruguayos recibieron la visita del cuerpo diplomático de la embajada de su país, pidiéndoles una derrota digna, y ya en el vestuario, los dirigentes los alentaron con una derrota no mayor de cuatro goles para salvar el honor, mientras que el entrenador Juan López Fontana les pidió que jugaran a la defensiva para evitar una derrota humillante.

Luego de estos pedidos, es cuando afloró la importancia de Obdulio Varela para conducir a su equipo a la victoria, con frases como: “¿Perder? ¡Nosotros vamos a ganar este partido!”, “Los de afuera son de palo”, “Muchachos, si los respetamos a los brasileños, nos caminan por arriba. ¡Vamos a salir a ganar el partido!”, “Salgan tranquilos, no miren para arriba. Nunca miren a la tribuna. El partido se juega abajo”.


Y el partido comenzó tal cual se esperaba, con Brasil volcado al ataque buscando abrir el marcador, pero la defensa uruguaya neutralizó cada avance y con su arquero Roque Máspoli atajando en varias ocasiones, finalizando el primer tiempo con el marcador empatado en cero.


A los dos minutos del tiempo complementario, el jugador Albino Cardoso Friaça consigue el gol para Brasil, desatando la euforia de los hinchas locales que se estaban asegurando el título.


En ese momento es cuando Obdulio Varela, toma la pelota y se dirigió al juez del partido, el inglés George Harris, para reclamarle posición adelantada en la jugada del gol, debiéndose recurrir al intérprete para que se pudieran entender por la diferencia de idioma.

El “negro jefe” sabía que no le iban a anular el gol a Brasil y que si el linesman había levantado la banderita la había bajado enseguida, pero logró su objetivo, demorar varios minutos la reanudación del encuentro, enfriar el partido y el clima de fiesta que se vivía en el “Maracaná”.


Ahí comenzó prácticamente otro partido y a los 21 minutos Obdulio Varela habilita al veloz puntero derecho Alcides Edgardo Ghiggia, quien tras eludir la marca de Bigode, encara hacia el arco rival, colocando un centro para que Juan Alberto Schiaffino con un fuerte disparo igualara el tanteador.

Si bien el empate igual coronaba a Brasil, el partido se disputaba en el medio campo, hasta que a los 34 minutos, en una jugada entre Obdulio Varela y Julio Pérez, parte el pase a Alcides Edgardo Ghiggia, quien tras volver a superar la marca de Bigode, encara hacia el arco rival, y en vez de enviar el centro al área, patea directamente al arco, colocando la pelota entre el poste y el arquero local Moacir Barbosa, decretando el 2 a 1 a favor de los uruguayos.


En los 10 minutos que restaban para finalizar el encuentro, Brasil buscó desesperadamente convertir el gol del empate sin poder lograrlo, hasta que llegó la pitada final del árbitro inglés.


Carlos Gardel está presente en cada entrada del presente blog, pero como hoy lo evocamos a través de un mural donde luce junto a Obdulio Jacinto Varela, me he extendido en los recuerdos hacia el “negro jefe” y el “Maracanazo”, tomando como fuente principal los sitios http://es.wikipedia.org y http://www.efdeportes.com, del cual transcribo seguidamente, parte de un artículo sobre el capitán de la selección celeste, publicado en el link, http://www.efdeportes.com/efd100/obdulio.htm.


Pueden verse en youtube varios videos relacionados, como ser por ejemplo:

Los tres goles del partido decisivo, https://www.youtube.com/watch?v=Fcb33jJ0vmc
Construcción del Maracaná y los goles uruguayos, https://www.youtube.com/watch?v=6pMmRFKKZfk
España en el mundial de fútbol de Brasil 1950 (a partir del minuto 48.30, con las imágenes más nítidas que pude encontrar),
Entrevista a Alcides Ghiggia, https://www.youtube.com/watch?v=1_6j5om6L0U
Entrevista a Obdulio Varela, https://www.youtube.com/watch?v=yG83pkEy3DU


lunes, 20 de octubre de 2014

En Corrientes y Billinghurst - Buenos Aires



Un busto de Carlos Gardel fue emplazado en enero de 2014, en la Avenida Corrientes casi esquina Billinghurst, en el Abasto, aunque oficialmente corresponde al barrio porteño de Almagro.

Me enteré de su existencia, gracias a la revista “El Abasto”, de distribución gratuita, siempre presente en todo lo concerniente a Carlos Gardel.


Dicho sea de paso, la única fotografía que pude conseguir del monumento al querido “Morocho”, es la publicó dicha revista, la cual utilicé para encabezar la presente entrada de este blog.

Gardel lamentablemente no está bien logrado, pero lo importante es la intención de recordarlo permanentemente en una escultura.


El artista que realizó el busto, no dejó grabado su nombre, correspondiendo la iniciativa de la obra escultórica, a la tradicional pizzería “Kentucky”, ubicada en la misma esquina, con domicilio en Avenida Corrientes 3599.


El 2 de septiembre, la periodista Mercedes Ninci, subió a “Twitter” una foto del monumento a Carlos Gardel, acompañada por el texto siguiente:


En otros sitios de “Internet”, se difundió la misma foto, con textos similares, es decir destacando la inseguridad y la cercanía del busto a una comisaría.


En mi opinión, la inseguridad es un problema mundial y no sólo argentino, lo cual nos lleva a vivir entre rejas en nuestras propias viviendas, y en el caso del busto de Gardel sirve además para dificultar su robo y el vandalismo originado por las pintadas, pero no para evitarlo.

De cualquier manera, el enrejado no deja ver en detalle el busto, pareciéndose más a Gardel.

Fui a ver el monumento con mi hija Guadalupe, quien tomó las siguientes fotografías con su celular.

► Monumento visto de frente.


► Busto visto de frente.







► Busto visto de atrás.


► Monumento visto de atrás.


► Placa en el pedestal.



He dejado la placa para el final, para hacer algunos comentarios sobre los siguientes párrafos de su texto:
Comenzó cantando en ruedas de comité (centros políticos), fondas y cafetines del barrio del Abasto. Uno de los bares en que se inició en el año 1908 denominado “Las Víboras” estaba instalado en este mismo solar donde popularizó el tango, música, canción y danza de los suburbios de Buenos Aires”.

En realidad no se sabe exactamente donde comenzó a cantar Carlos Gardel. En algunos reportajes manifestó haberse iniciado en ruedas de amigos o reuniones familiares.

Es posible que Gardel haya cantado en el bar “Las Víboras”, como también en otros cafés o bodegones, siempre de acuerdo a las tradicionales orales, pues no existe ninguna documentación que respalde estas actuaciones de “El Morocho” en esa época.

No estoy de acuerdo en que en 1908 Gardel haya popularizado el tango, pues recién en 1917 con la grabación de “Mi noche triste”, incorporó el tango a sus canciones.

Tampoco es correcto que se haya iniciado en el Abasto. El Abasto fue uno de los barrios donde Gardel comenzó a cantar, como también lo fueran, La Boca, El Once, San Telmo, Balvanera y en Avellaneda y Florencio Varela, en el actual Gran Buenos Aires, entre otros.

De cualquier manera, debe expresarse el agradecimiento a la pizzería “Kentucky”, por recordar al gran Carlos Gardel, a través de un busto a su memoria. 
 
Como así también que entre los cuadros de personajes populares que decoran el interior del local, también esté presente el “Zorzal”.


En la próxima imagen puede verse la esquina de Corrientes y Billinghurst antes del emplazamiento del monumento.


Y en las siguientes, fotos panorámicas del monumento en "Google Maps".


  












sábado, 11 de octubre de 2014

En Jean Jaurès 710 - Buenos Aires



En la vereda de enfrente de la casa que Carlos Gardel comprara en 1926 para su madre, situada en Jean Jaurès 735, existe un negocio donde luce la presencia del querido cantor.


Fue inaugurado en el mes de mayo de 2006, con el nombre comercial de “La Lucía”, (“La Lucía Hnas. S.A.”), dedicado principalmente a la venta de aceite de oliva y artesanías finas.



Todo el frente del local y el cartel identificador, fue obra del talentoso fileteador Gustavo Ferrari (x).


Vemos a un sonriente y elegante Carlos Gardel, y a su derecha (izquierda visto de frente) a Tita Merello, en el lugar que ocupan originalmente.



Luego el comercio se transformó en un local gastronómico, cambiando la disposición de las obras fileteadas, pasando Gardel a ocupar el extremo izquierdo, mientras Tita Merello quedó a su lado, pero a su derecha visto de frente, según puede verse a julio de 2014 en https://www.google.com.ar/maps