La estación Mapocho llegó a ser la más importante de Chile. Desde ella salían los trenes a Valparaíso y a La Calera, en donde se combinaba con los trenes al norte llegando hasta la ciudad de Iquique. En Llaillay se realizaba el trasbordo a Los Andes, para combinar con el ferrocarril Trasandino, en dirección a Mendoza y Buenos Aires.
En diciembre de 1976, mediante el Decreto Nº 1290, fue declarada Monumento Nacional, pero el inexorable paso del tiempo fue deteriorando el edificio y en 1987 fue clausurado, cediéndolo la Empresa de los Ferrocarriles del Estado de Chile a la CORFO (Corporación de Fomento de la Producción) para que vendiera el inmueble y lo privatizara.
Afortunadamente, con el retorno de la democracia, en febrero de 1991 se constituyó la Corporación Cultural de la Estación Mapocho, institución sin fines de lucro que en mayo del mismo año llamó a Concurso Nacional de Arquitectura para rescatar este emblemático edificio.
De una veintena de proyectos presentados, la propuesta ganadora remodeló el edificio, con un costo total de aproximadamente diez millones de dólares, que fueron financiados por el Gobierno de Chile, surgiendo de esa manera en 1994 el Centro Cultural Estación Mapocho, espacio con una superficie de más de veinte mil metros cuadrados distribuidos en cuatro niveles, destinado a la difusión cultural del país.
Dicho centro recibe la visita de aproximadamente un millón de personas anualmente, comprendiendo diversas actividades, como expresiones artísticas y culturales, ferias, congresos y conferencias internacionales.
Con la bandera argentina flameando sobre el edificio del Centro Cultural Estación Mapocho, la feria contó en la apertura con la presencia de las presidentes de Chile y Argentina, Michelle Bachellet y Cristina Fernández de Kirchner, respectivamente, y los gobernadores de San Juan, José Luis Gioja y de Neuquén, Jorge Sapag.
Los aproximadamente 1500 libros presentados por nuestro país, no fueron puestos en venta, sino que una vez finalizado el evento, se donaron a instituciones educativas chilenas, según explicara Silvia Maldonado, asesora de Asuntos Culturales de la Cancillería.
Se presentaron antología de cuentos de Leopoldo Marechal, Rodolfo Walsh, Ezequiel Martínez Estrada y Roberto Arlt y entre nuestros escritores contemporáneos estuvieron presentes César Aira, Rodolfo Fogwill, Fabián Casas, Damián Tabarovsky, Claudia Piñeiro y Federico Jeanmaire.La Revista Ñ del diario Clarín, del 1º de noviembre de 2009, bajo el título de “Fuerte presencia de la cultura argentina en Chile”, destacaba: “Previéndose más de 450 actividades culturales; encuentros con escritores chilenos y argentinos; presentaciones de libros, debates, conferencias, teatro, música, cine, danza, espectáculos diversos. Argentina participa como invitado de honor y San Juan tuvo el privilegio de contar con un stand durante tres días, ya que en turnos similares se presentan 15 provincias argentinas. Argentina ha preparado una importante muestra de su creación literaria y artística, con la asistencia de sus más destacados escritores, músicos, expositores, actores y bailarines”.
Pero lo que más nos interesa a nosotros, de acuerdo a los fines perseguidos en este blog, son las notas periodísticas que expresan lo siguiente: La Secretaría de Cultura de la Argentina exhibe en el ingreso a la Feria tres figuras de cera que personifican a Carlos Gardel José Luis Borges y María Eva Duarte de Perón, además de una cartelería de lujo.
El predio donde se celebra del encuentro cultural más importante de Chile recibe a sus visitantes con unas esculturas en tamaño real de Jorge Luis Borges, Eva Perón y Carlos Gardel, muy cerca de una original exposición de afiches dedicada a los íconos argentinos.
Grandes fotografías en blanco y negro de Rodolfo Walsh, Julio Cortázar, Haroldo Conti, Juan José Saer, Raúl González Tuñón, Alfonsina Storni y de otros escritores cuelgan orgullosas en la parte superior del stand argentino, entre decenas de papelitos de colores celeste y blanco.
Esculturas muy particulares de Evita, Gardel y Borges reciben a los visitantes que llegan al predio, mientras se escucha música de Charly García en los parlantes y en los pasillos del complejo se pasean funcionarios, editores y escritores argentinos.
Luego de ser recibidos por esculturas en tamaño real de Jorge Luis Borges y de Eva Perón, en el hall de entrada, los visitantes podían sorprenderse con una serie de afiches que condensaban diversos íconos de la argentinidad: desde Carlos Gardel, el "Che" Guevara y Diego Maradona hasta el dulce de leche, el mate, el choripán y el glaciar Perito Moreno.
Si bien los artículos citados son algo contradictorios, pues se habla correctamente de las tres estatuas (Evita, Borges y Gardel) y erróneamente también se menciona sólo a los dos primeros, mientras que se cita en cambio un afiche de Gardel.
Personalmente no estoy de acuerdo en difundir música de Charly García, ni en exhibir al “Che” Guevara como un ícono representativo de los argentinos. Pienso cuanto más grato debería haber sido escuchar por los parlantes a Mercedes Sosa, o publicitar afiches con las imágenes de los doctores Esteban Laureano Maradona, Luis Federico Leloir o René Favaloro, por citar sólo algunos nombres.
En cuanto a la estatua de Gardel, está bastante bien lograda. Tal vez el ala derecha del sombrero esté un poca baja, pero el porte en general es más que aceptable.
Aparece con toda su elegancia, trajeado, con corbata, con la clásica imagen de la mano izquierda en el bolsillo del pantalón y el cigarrillo en la mano derecha.
Lo que sí, creo ver un error en el cigarrillo, pues ampliando la fotografía, parece notarse demasiado largo y con filtro amarillo y en la época de Gardel, los mismos eran cortos y sin filtro, pero como siempre afirmo, lo importante es la intención de haber pensado en Gardel, nuestro gran embajador.
Nota: La joven chilena Claudia Ramos y su amigo son quienes aparecen en algunas de las fotografías junto a las estatuas de Eva Perón y Carlos Gardel. Agradezco el envío de las mismas.
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