El “Mercado San Telmo”
fue inaugurado el 14 de febrero de 1897, contando con puestos de venta de productos
alimenticios como pan, carnes, pescados y verduras, como así también florerías
y mercerías.
La idea de emprender
la construcción de un gran espacio donde los vecinos pudieran comprar artículos
de primera necesidad correspondió a José Ocantos, eligiendo un galpón ubicado
entre las calles Defensa, Carlos Calvo, Bolívar y Estados Unidos, que desde
1893 había albergado una alfarería, fondas y billares.
La construcción
estuvo a cargo de la firma Moliné Hermanos, siendo mas tarde adquirida por el
emprendedor Antonio Devoto y sus familiares.
Para el diseño del
edificio se contrató al ingeniero arquitecto Juan Antonio Buschiazzo,
reconocido profesional de la época, que había realizado obras fundamentales desde
la “Dirección de Obras Públicas de la
Ciudad de Buenos Aires”, diseñando hospitales, edificios de
gobierno, bancos, residencias y el principal responsable del proyecto
correspondiente a la Avenida
De Mayo.
Buschiazzo creó un
edificio con una gran estructura de hierro, con planchas de chapa y piezas de
vidrio, con un techo de vigas y vidriado para lograr una claridad natural.
El piso de mármol de Carrara
fue utilizado tanto los halls centrales como las estructuras interiores y las
entradas dispuestas de manera que el flujo de la ventilación sea constante, mientras
que la fachada tiene arcos de medio punto y orden toscano, produciendo un tono
italianizante que le dio una impronta de modernidad.
A su cuerpo central
original de 1897, con entrada por la esquina de las calles Bolívar y Carlos
Calvo, se le agregaron en 1930 dos brazos con salidas por las calles Defensa y
Estados Unidos, ocupando en total un cuarto de manzana.
A partir de 1960
comenzaron a realizarse tareas de restauración, aunque la estructura del “Mercado
San Telmo” afortunadamente permanece intacta desde el momento de su
construcción, resistiendo varios intentos de reformas y las intenciones de ser
adquirido para destinarlo a otros fines.
En el año 2001 fue
declarado “Monumento Histórico Nacional” por la “Secretaría de Cultura” del “Gobierno
de la Ciudad
de Buenos Aires”.
Actualmente si bien
siguen existiendo los puestos de venta de verduras, carnes y frutas, que se
concentran en el cuerpo principal de planta rectangular hacia la calle Bolívar,
el mercado contiene locales de venta de antigüedades, ubicados en los pasillos
de las dos prolongaciones que llevan a las calles Defensa y Estados Unidos,
siendo muy visitado tanto por los porteños como por los turistas.
Al frente de uno de
los locales de antigüedades es donde nos encontramos con Carlos Gardel.
Realizado en fibra de
vidrio y resina sintética, el muy bien logrado “Morocho”, luce sonriente y elegantemente
vestido con traje azul con chaleco, sombrero al tono, corbata celeste con rayas
negras y pañuelo blanco en la solapa.
Muy habitual en sus
esculturas, su mano izquierda está dentro del bolsillo de su pantalón, mientras
que con la derecha abre ligeramente su saco.
En la siguiente
imagen, volvemos a verlo de perfil derecho.
En otros locales, el
“Zorzal Criollo”, engalana con su presencia en cuadros con su fotografía.
En pinturas.
Pósters.
Y tapas de discos de
larga duración.
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